
Acción Artística
lunes, 9 de enero de 2012
Un tal Julio...

No saque la mano Antonio
Comienzan a deslizarse. Un segundo. Dos segundos y su propio peso los condena a tomar velocidad. Estamos en presencia de su inminente final: mueren despedazados 500 gramos de fideos moñitos. Mi brazo se aliviana. Zapatillas de lona, zapatos de oficina, alpargatas aujeredas, cada cual marca su ritmo y me obligan a despertar nuevamente entre las estanterías. Muchas corridas. Una corrida en particular contiene una patada que esconde el cadáver del paquete debajo de aquel flaco changuito. Dale apurate, apurate apurate apurate. Que mejor arroz, mucho arroz. Que hace calor para polenta, que mejor arroz y fideos. Algo de pan, unas varias milanesas sin cocinar y algunas de latas que sobrevivieron a unos cuantos manotazos. Toda una escultura. Todo un tetris de comida y de vida sobre mi brazo. Busco un apoyo sobre mi abdomen que cada día esta mas hundido. Cada vez más cercano a acariciar mis costillas. El hambre es mucho, el calor no ayuda, y sus palabras en la tele ya no las escucho. Hay que comer, hay que pensar, hay que luchar. Hay que comer, hay que pensar, no hay que dejar de luchar. Mi estomago me da de tirones y me empuja a salir por esa puerta que hasta ayer contenía un colorido cartel que contenía un cordial saludo que contenía un vuelva pronto, lo estaremos esperando. Esperar esperanza. Esperar espina. Esperar es pena. Esperar se hace áspero. Hacer se hace vida. Vivir se hace vida. Comer se hace vida. Pensar se hace vida. Luchar es vida.
Olivia Duatra
Olivia Duatra
Artista en HLI
martes, 6 de diciembre de 2011
Ecos II: Raymundo Gleyzer
Continuando con el segmento Ecos, el cual pretende rescatar distintas figuras artísticas relegadas u olvidadas por el canon actual, rescatamos la figura del cineasta y revolucionario argentino Raymundo Gleyzer.
Raymundo Gleyzer, un imprescindible
por Vera Quiroga*
A
sus ojos claros siempre les incomodaron las injusticias de este mundo y por eso
nunca eligió cerrarlos. Raymundo fue un militante comprometido profundamente
con la causa del pueblo. No pretendemos enaltecer su figura como inalcanzable, él
como muchos otros luchó por cambiar esta sociedad desde lo que tenía a su
alcance, en este caso: una cámara y su sed de transformación. Esto no lo hace inalcanzable
pero sí, como nos recuerda Bertold Bretch, imprescindible[1].
Raymundo Gleyzer, no solo un nombre.

Cine como militancia y la cámara
como un arma de contrainformación.
“Cuando sostenemos la posición de que el cine es un
arma, muchos compañeros nos responden que la cámara no es un fusil, que esto es
una confusión, etc. Ahora bien, está claro para nosotros que el cine es un arma
de contrainformación, no un arma de tipo militar.”[2] En
estas palabras pueden encontrarse una de las claves para empezar a comprender
su praxis. El trabajo de su arte y de su cámara estaban con el pueblo. Las
discusiones estéticas e intelectuales le importaban, pero siempre focalizadas y
proyectadas hacia un proyecto político concreto. El cine debía ser apropiado
por los sectores populares, apropiado en el momento de la producción, en el
momento de construcción de salas, en el momento de proyección. Pero para eso se
debía revolucionar toda una forma de pensar y hacer cine con “una cámara que no
robe imágenes sino que se instale en el núcleo interno del conflicto”. El diálogo
era con los trabajadores, y el mensaje tenia que partir de ellos y hacia ellos.
Desde su concepción estética: “Una
película, por más revolucionaria que se pretenda ya sea en su búsqueda
experimental o clásica, no tendrá el efecto buscado si queda aislada de la
gente. Por eso hay que llevarle el cine a la gente, es imprescindible”. Y
así fue que en sus películas los relatos partieron de experiencias concretas;
de narraciones en las fábricas tomadas; de historias que desenmascaraban a los
cómplices de los poderosos; de palabras a boca de pueblo que realzaban su
fuerza y predisposición por superar esta vida alienante y poco humana. Esta
revolución en las cintas cinematográficas rompía con la vocación autosuficiente
e individual que muchos artistas presentaban, corriendo el eje de importancia
hacía el como firmarlo, centrando su trabajo en la idea de construcción
colectiva. Nadie mejor que un trabajador para contar las atrocidades y
atropellos sentidos por la burocracia sindical; Nadie mejor que el pueblo para
contar sus experiencias de organización; Nadie mejor que los protagonistas para
hacer escuchar esas voces silenciadas. Reivindicamos a Raymundo desde muchos
aspectos de su vida, pero es en esta concepción de construcción colectiva que
nuestras prácticas se entrecruzan. Como Movimiento Cultural nos parece importantísimo
emprender espacios de creación colectivos donde todxs y cada uno de nosotrxs
podamos apropiarnos de nuestro trabajo y de nuestros espacios en ámbitos donde
prime la solidaridad y el compañerismo.
Fue acusado de
simplista, pero no importaba, el fruto de su trabajo era mucho más bello y motivador
que la aceptación de una elite artística. La claridad de su mensaje no
condicionaba la belleza artística de su obra. Basta con poner uno de sus cortos
y averiguarlo.
Las películas empezaron
a nacer, sus cintas reveladoras estaban ansiosas por ser proyectadas pero sus
espectadores no contaban con salas concretas donde reproducirlas. Las películas
que hacían no iban a ser reproducidas en los cines oficiales. Había que
construir salas. Este nuevo desafío se les impuso como tarea al grupo del “cine
de la base” (uno de los principales nucleamientos de cine político en el que Raymundo
participaba). Y fue así que en un mismo movimiento, los cines empezaron a ser
construidos, las películas a ser filmadas, el pueblo a organizarse y el sueño
por un mundo mejor a hacerse cada vez más real y concreto.
“Si
no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso,
van perdiendo eficacia.”[3]
Retomamos al Che
por lo vigente de su frase en la vida de Raymundo Gleyzer. Desde su temprana
militancia supo que la organización de las ideas, prácticas y del arte es un
paso indispensable para lograr en la efectividad de las mismas la unión del
pueblo. Es por eso que se incorpora al PRT (Partido Revolucionario de los
Trabajadores) en la década del 70.
El trabajo
artístico realizado estaba centrado en que el pueblo tome consciencia de que
debe ser el protagonista de su propia historia y para eso era necesario acabar
con todas las dictaduras y falsas democracias que durante esa época azotaban a la Argentina y a Latinoamérica
entera. La organización era esencial para el triunfo de los pueblos. Retomando al
Che Guevara y en conjunto con otros militantes se organizaron en el grupo
insurgente “cine de la base”. En el marco de esta organización político
cultural se desarrolló gran parte de la obra de Raymundo convirtiéndose en la
referencia cinematográfica crítica del momento. Sus Films siguen siendo hoy vigentes.
Podemos tranquilamente sentarnos a mirar “los Traidores” y sentir el gusto
amargo de las actuales burócratas sindicales como Pedraza y Moyano que asesinan
y persiguen a los trabajadores siempre bajo la complicidad de las patronales.

Lo que nos deja...
* Redactora de Mamushcka
[2] En un diálogo que tuvo Raymundo Gleyzer con el
director de cine cubano Tomas Gutierrez Alea. Cuba 1970.
[3] Discurso del Che Guevara en el segundo
aniversario de la integración de las organizaciones juveniles revolucionarias,
20 de octubre de 1962.
viernes, 2 de diciembre de 2011
viernes, 25 de noviembre de 2011
TESTIMONIOS AL AZAR - Serie I
Como
es costumbre subimos algunos escritos de integrantes de Acción Artística. Estos
textos, a diferencia de los que integran la antología No hay hogar como el
hogar, no fueron elaborados con eje definido sino que Andrea y Olivia
escribieron su testimonios libremente. Sin dilatar más la cuestión los dejamos
con los textos.
Vagón
U-3724
Línea Roca
Constitución-La Plata.
No señora,
No señor, ustedes no me
ven con cara rara… ellos me ven con cara rara.
Usted no me margina… usted
por mas que me mire de esa manera… yo sé que no es usted… son ellos.
Los me asignaron un
lugar donde vivir.
Usted no me vió (quizás
nunca me va a ver)… pero escuchó hablar de mi cuando miraba a su hijo, o cuando
se peinaba para salir.
Piensa de vez en cuando,
“pobre gente, mucho frió para un par de diarios”.
Piensa también que no
quiero trabajar.
No lo culpo, no es usted.
Repito: no es usted, son ellos.
Los que me dan este
olor. Asqueroso presiento, porque cada vez que paso a su lado se tapa con su
bufanda. No la culpo señora, señor. Yo ya ni lo siento, y se imagina que con
este frío y sin un techo donde caer muerto bañarse resulta un tanto incómodo,
vio’.
Sé que estoy pidiéndole
una moneda o lo que le sobró como vuelto… pero no es lo que quise ser de pibe…
“wing izquierdo” a los 11, abogado como los de la tele a los 14. Esas puertas
me las cerraron, no usted ni su compañero de trabajo… sino ellos.
Yo no le importo, y lo
entiendo, ¿quién quiere escuchar lo que uno es? Prefiere seguir hablando con su
marido o hija… no la culpo, ojala yo pudiera hacer lo mismo.
Su barba es casi como
la mía, nada más que los baños de la estación no tienen espejos… por seguridad
vio’… estos días están jodidos… pero no es por nosotros… Ya no hace falta decir
de quién es la culpa, ¿no?
Espero que no haya sido
una molestia (aunque seguramente no la dejé escuchar cómo su novio le decía “te
amo” por teléfono). Parece un griterío o puro teatro, yo no lo quise de esta
manera… usted me mira como por obligación de su cabeza, y no me gusta. Mire
para otro lado si quiere… cuando salga de este tren me va a ver en casi
cualquier esquina o estación. Probablemente esté haciendo lo mismo, o este
laburando, o estudiando…
Pero más allá de la
moneda, quería su atención…quiero que entienda que yo soy usted. Le agradezco
por haberme dejado relatar SU historia.
Que tenga un buen día.
Andrea Minimal
Artistas en HLI
Ha transformar
A las 11, “wing izquierdo”.
A los pocos meses,
cartonero.
Andrea Minimal
Una realidad difícil de (querer) leer
Yquee l fr í o,Y
d espués
el calor. Q ue la hume dady el vi ento f u er t e.E s mic otid iano. Queelbar
ro, l
o que se inund a, las zan jas, laluz, elga s (garra fao fu ego ene l c omed
or), elag ua, mite cho, la l lu vi a, los ap a go n es,
los chis paz o s,lo sp unteros, el hambre, elóxido de mi techo,la b a sur a, el
o lor, l as pie dr as cua n do a
ndo desc a lzo, la
go t er a .Esm ico tidia n o.
Andrea Minimal
I
Uno
dos tres agujazos del reloj. La alarma. Los mismos 56 agujeros en la chapa. El
piso frio. Un pie, el otro pie, los dos pies. Brazo derecho, brazo izquierdo
ambos en el aire intentando arañar el techo. Un largo bostezo que nace desde mi
estomago y pasea por todo mi cuerpo. Mis
ojos siempre con lagañas. Mi mano que las corre, el agua que las borra. La
bocina del tren, ya son más de las cinco. El sonido derivado de la muerte de
aquella gota de lluvia que segundos antes de ser cadáver, tenía tres veces el
tamaño con el que partió. A riesgo de quedar sola, sus vecinas la acompañan. Un
Plaf tres segundos otro plaf tres
segundos otro plaf. El balde conteniendo
sus restos. El pantalón, las herramientas, un beso en el hombro de Agustina que
ahora se estira resoplando sobre mi lado de la cama. Una zapatilla gastada, otra zapatilla gastada
que esconde una piedra debajo de la plantilla. La puerta. El sonido del tren
que pasa a ser un simple latido. Siempre el mismo esquive antes de llegar a la
esquina. Las bolsas que el camión no se llevo, el coche estacionado en la
vereda, el sorete del perro. La parada vacia. El bondi que salpica. El uno diez
de siempre. Una persona que pide a timbres bajar en la esquina siguiente. Unos
cuantos semáforos más tarde, y la puerta me escupe a las escaleras de la
estación. La actuación de una corrida
(tengo monedas para volver) y acto seguido tengo un pie en el estribo. Las diez cuadras a la fábrica, la bici de
Fernando en el poste de siempre, el grito y el brazo de Jorge, bien alto en el
cielo. Que no puedo hacer horas extras, que cumpleaños la gorda, que no me
olvide del regalo, que prometo que la semana que viene. Un mate, el botón amarillo para comenzar. Dos visitas al baño, que hoy puedo un
sanguche de milanesa, sin tomate por favor. Una hora que se hacen dos que se
hacen seis que se hacen ocho. El poste de siempre ahora queda vacio. Un kiosco
no me regala la muñeca para Martina. Diez cuadras en quince minutos. Un cuerpo
mas en un vagón apestado mientras las nubes comienzan a crispar otra vez. El grito de un gordo y
transpirado inspector pidiendo el boleto hacia Lanus que nunca saque. Una
siesta interrumpida, los pies sobre el
anden. Una parada atestada, un colectivo que transpira cansancio. Un timbre que
habla por mi, y un pie, dos pies en el barro. Le gustara la muñeca? A los ocho
siguen jugando con eso? Seguro esta la vieja en casa, menos mal que paro la
lluvia. Una luz que se desprende de una ventana, la misma puerta de madera.
Hola compañeros, perdón por la demora, como es el temario? Luchando frente a la
rutina de siempre, con los goterones de siempre.
Olivia Duatra
Artista en HLI
II
Risas humo negro risas
gritos un eructo camuflado entre palabras más risas su mirada mi mirada. Un
instante. Centímetros que se hacen metros que se hacen eternos. Gritos humo
blanco ardor más ardor un estallido de lágrimas.
Un pájaro despega, otro lo sigue. Mis ojos se cierran, fuertes hasta ver los
corpúsculos luminosos que siempre me entretuvieron de chico. Mi cabeza
chorreando de agua que es sangre que es agua que se hace sangre. Un tirón de
brazo, un grito clavado en medio de la frente. El relampagueo de mis zapatillas. El estruendo de sus
botas. Hijos de puta bailando a merced
del pueblo. Silencio. Pulsión.
Olivia Duatra
miércoles, 9 de noviembre de 2011
TERRITORIO
El problema de la tierra y la vivienda es una realidad que nos esta atravesando como país, así lo atestiguan los acontecimientos del Parque Indoamericano en Buenos Aires, donde 17 mil personas ocuparon un terreno; los reclamos en las rutas del Chaco de la organización
Toba Qompi; las tomas de tierras en
Tucumán, el acampe de los Qom, y las 700 familias en Jujuy que ocuparon un
predio en Libertador Gral. San Martín, son solo de algunos de los episodios que
han tenido lugar durante el último año.
Frente a este reclamo la única respuesta de los responsables que recibieron esas familias, sin una vivienda digna para vivir, fue siempre la
misma: la censura, el silenciamiento, la represión y la persecución.
Nosotros no podemos no escuchar ni ver
esos reclamos, nos negamos acostumbrarnos a que la gente viva en la calle; nos
negamos aceptar que se la ignore y golpe solo por pedir un techo para vivir
dignamente. Por eso, desde la escritura queremos acercanos a esta problemática,
pero no solo quedándonos en la esfera del arte sino también saliendo marchar junto con cada una de esas personas y familias que reclaman por un
hogar.
NO HAY HOGAR COMO EL HOGAR
“La tierra es nuestra vida”
Lema Qom
I

Roberta Alba
II

Olivia Duatra
III
APREHENDIENDO

¿Siempre?
Un perro
flaco entra sin pedir permiso en la casa que no es de dos pisos, que no tiene
muchas ventanas, pero siempre que llueve se llena de agua. El sol acá no está
feliz y de esta casa no se desprende ese humo que siempre se asemeja a las
nubes. El árbol no da manzanas, el pasto no es pasto sino que siempre es
tierra. El aceite se usa para cocinar algunos fideos, el caballo siempre tira
del carrito. Dos por dos sigue siendo cuatro, mi mamá me sigue amando, y
comemos asado siempre que ninguno de mis hermanitos se enferme. Siempre.
Olivia Duatra
IV
Yo tengo
una casita que es así y así (algunos ladrillos, maderas de diferentes tamaños
y techo de chapa), y por la chimenea
sale el humo así y así (El calor que desprenda la garrafa), para entrar hay que
golpear así y así (Cinco aplausos y me asomo por cortina) y lustrarse los
zapatos así, así y así (La escoba destinada a juntar lo que ayer fue barro y
hoy es tierra seca).
Olivia Duatra
V
LÍNEAS
1.
Lluvia:
recordatorio de que la ambulancia al barrio no entra.
2.
Un pibe que se
bautiza, es aquel que cae en la zanja por primera vez.
Andrea Minimal
sábado, 29 de octubre de 2011
ECOS I: Roberto Jorge Santoro
Bienvenidos a ECOS la primera sección que inauguramos dentro del blog de Acción Artística. En esta sección intentaremos recuperar tradiciones y experiencias “olvidadas” en los libros de arte y en las galerías del museo. Nuestra intención no es transpolar hechos del pasado al presente de manera acrítica, sino que pretendemos establecer un diálogo con el pasado, para apropiarnos de esos recuerdos, de esas voces, de esas ideas, de esos gestos y de esas acciones para así recrearlas y resignificarlas hoy.
Dentro de este marco, es que queremos presentar hoy a Roberto Jorge Santoro.
“Roberto Santoro: Sangre grupo A, factor RH negativos, 34 años, una hija, 12 hs. Diarias a la búsqueda absurda, castradora, inhumanda, del sueldo que no alcanza. Dos empleos. Vivo en una pieza. Hijo de obreros, tengo conciencia de clase. Rechazo ser travesti del sistema, esa podría máquina social que hace que un hombre deje ser un hombre, obligándolo a tener un despertador en el culo, in infarto en el cuore, una boleta de prode en la cabeza y un candado en la boca. ”
Así se describía Roberto Santoro en una entrevista en 1973 cuatro años antes de ser secuestrado por la dictadura militar. Así se sentía este trabajador de la cultura que durante su corta pero intensa vida siguió a modo de ley lo que expreso en unos hermosos versos: “Si mi poesía no ayuda a cambiar la sociedad/ no sirve para nada.”
Partiendo de esta declaración jurada es que vivió y produjo las más hermosas y comprometidas poesías, e integrándose orgánicamente al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) logro canalizar su trabajo cultural en un proyecto político que lucha por una transformación radical de la sociedad.
"Hay poetas y poetas. Hay compromisos y casamientos, reformas y revoluciones. Hay quién está comprometido con la literatura, o con la belleza o con las formas de la métrica. Pero solo con ellas. Hay también otros que conociendo la necesidad de profundizar en el nada fácil oficio de la palabra, comprometen su vida, tratando de sumar a las luchas del pueblo una palabra caliente, que se necesita, que sirve, que sea revolucionaria.

Ante el terror, ante el fascismo, la escalada represiva, el infundio a combatientes, la mentira, el hambre, la mortalidad infantil, la desocupación y demás pequeñeces a que nos tienen acostumbrados, se hace necesario tomar definitiva conciencia de que: o todo para cambiar la sociedad, o todo para nada."
(Declaración de 13/2/74)
Sin estancarse en un género, su obra literaria recorre el surrealismo, la literatura social, el costumbrismo y hasta el existencialismo, pero ante todo dio una vital importancia al grupo Barrilete con el cual llego a trascender las formas típicas de una revista dándole un lugar destacado al tango, la poesía y la denuncia con la situación del país (Informe de Trelew es prueba de ello). Su literatura es pueblo, y torna inútil el intento de analizar dónde empieza su arte y dónde su militancia, porque su obra no existe tal separación. Sus palabras mantienen en jaque constantemente al sentido común, se burla de él, y en cada párrafo uno logra ver algún gesto de ese futuro hoy, entre muchos, estamos construyendo.
Santoro tenía la conciencia armada para no usar solamente la lengua y es así como nosotros hoy queremos recordarlo, como aquel poeta comprometido que defendió sus ideas hasta con el cuerpo, como ese día en e1976 cuando Robeto Patiño (miembro del grupo Barrillete) le dijo: "Toto..Nos van matar, ya mataron a Conti a Oscar Barros, a poetas (...) no hay defensa ¿con qué les vas a tirar cuando vengan, con un libro?" Santoro le respondió: "Mi lugar de lucha está acá."
SELECCIÓN DE POESÍAS
DE PEDRADAS CON MI PATRIA
Verbo
irregular
yo amo
tú escribes
él sueña
nosotros vivimos
vosotros cantáis
ellos matan
Pedradas con
mi patria (1964)
Calcomonía
sonríe
dios te ama
disimula
el comisario
vigila
Pedradas con
mi patria (1964)
Teoría y práctica
Hacer lo que dices
Decir lo que haces
Pedradas con mi patria
I
en esta tierra grande
de tanto golpe grande
de tanto odio grande
de tanta basura
de tanta locura
en esta tierra grande
en esta tierra llena
de tanta entrega llena
de tanto lema llena
de tanto escarnio
de tanto daño
en esta tierra llena
en esta tierra herida
de tanta culpa herida
de tanta sombra herida
de tanta astucia
de tanta angustia
en esta tierra herida
en esta tierra sola
de tanto molde sola
de tanta sangre sola
de tanta estrofa
de tanta mofa
en esta tierra sola
en esta tierra rota
de tanto grito rota
de tanto rito rota
de tanta bota
de tanto idiota
en esta tierra rota
III
hablando con honradez
humanamente hablando
algo anda mal
tranvía de mi corazón parado en la mitad del pecho
es preciso investigar
dar en el clavo
martillo poesía
proceder con primaveras
es preciso desabrochar la mano
desnudarla en la calle
entrar derribando la puerta de los hombres
segundo piso a la izquierda
expediente número ternura
llamado urgente
arrinconar la muerte con un beso
y no despertar sospechas
un asunto muy serio se subió a mi ventana
VI
mi patria está viva cuando escribo
se sale por el lápiz
invade mi camisa
muchacha
inventemos el amor con lo que queda
es necesario buscar
no perder tiempo
mi patria tiene forma de poema
hay que llevarla crucificada al hueso
ayudarla a salir
amarla y desamarla
entonces algo pasa
se cortó el hilo de repente
mi patria es joven como yo
tiene sus dudas
IX
los generales con los testículos plastificados
y los empleados copulando adentro de un cesto de papeles
y la gente que llora cuando se muere un arzobispo
y las mujeres desnudas arriba de los colectivos
y los estudiantes sietemesinos
y los políticos con diarreas de verano
y los funcionarios que no tienen calzoncillos
y los economistas fabricantes de inodoros
y los leprosos amantes de los secretarios
y los burócratas con derrames infecciosos
y los futbolistas atropellando con sus coches a los jubilados
y los presidentes comprando materia fecal en los remates
esto han hecho de ti
por eso yo arrojo mis pedradas
en esta tierra grande
de tanto golpe grande
de tanto odio grande
de tanta basura
de tanta locura
en esta tierra grande
en esta tierra llena
de tanta entrega llena
de tanto lema llena
de tanto escarnio
de tanto daño
en esta tierra llena
en esta tierra herida
de tanta culpa herida
de tanta sombra herida
de tanta astucia
de tanta angustia
en esta tierra herida
en esta tierra sola
de tanto molde sola
de tanta sangre sola
de tanta estrofa
de tanta mofa
en esta tierra sola
en esta tierra rota
de tanto grito rota
de tanto rito rota
de tanta bota
de tanto idiota
en esta tierra rota
III
hablando con honradez
humanamente hablando
algo anda mal
tranvía de mi corazón parado en la mitad del pecho
es preciso investigar
dar en el clavo
martillo poesía
proceder con primaveras
es preciso desabrochar la mano
desnudarla en la calle
entrar derribando la puerta de los hombres
segundo piso a la izquierda
expediente número ternura
llamado urgente
arrinconar la muerte con un beso
y no despertar sospechas
un asunto muy serio se subió a mi ventana
VI
mi patria está viva cuando escribo
se sale por el lápiz
invade mi camisa
muchacha
inventemos el amor con lo que queda
es necesario buscar
no perder tiempo
mi patria tiene forma de poema
hay que llevarla crucificada al hueso
ayudarla a salir
amarla y desamarla
entonces algo pasa
se cortó el hilo de repente
mi patria es joven como yo
tiene sus dudas
IX
los generales con los testículos plastificados
y los empleados copulando adentro de un cesto de papeles
y la gente que llora cuando se muere un arzobispo
y las mujeres desnudas arriba de los colectivos
y los estudiantes sietemesinos
y los políticos con diarreas de verano
y los funcionarios que no tienen calzoncillos
y los economistas fabricantes de inodoros
y los leprosos amantes de los secretarios
y los burócratas con derrames infecciosos
y los futbolistas atropellando con sus coches a los jubilados
y los presidentes comprando materia fecal en los remates
esto han hecho de ti
por eso yo arrojo mis pedradas
Pedradas con mi patria (1964)
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