Como
es costumbre subimos algunos escritos de integrantes de Acción Artística. Estos
textos, a diferencia de los que integran la antología No hay hogar como el
hogar, no fueron elaborados con eje definido sino que Andrea y Olivia
escribieron su testimonios libremente. Sin dilatar más la cuestión los dejamos
con los textos.
Vagón
U-3724
Línea Roca
Constitución-La Plata.
No señora,
No señor, ustedes no me
ven con cara rara… ellos me ven con cara rara.
Usted no me margina… usted
por mas que me mire de esa manera… yo sé que no es usted… son ellos.
Los me asignaron un
lugar donde vivir.
Usted no me vió (quizás
nunca me va a ver)… pero escuchó hablar de mi cuando miraba a su hijo, o cuando
se peinaba para salir.
Piensa de vez en cuando,
“pobre gente, mucho frió para un par de diarios”.
Piensa también que no
quiero trabajar.
No lo culpo, no es usted.
Repito: no es usted, son ellos.
Los que me dan este
olor. Asqueroso presiento, porque cada vez que paso a su lado se tapa con su
bufanda. No la culpo señora, señor. Yo ya ni lo siento, y se imagina que con
este frío y sin un techo donde caer muerto bañarse resulta un tanto incómodo,
vio’.
Sé que estoy pidiéndole
una moneda o lo que le sobró como vuelto… pero no es lo que quise ser de pibe…
“wing izquierdo” a los 11, abogado como los de la tele a los 14. Esas puertas
me las cerraron, no usted ni su compañero de trabajo… sino ellos.
Yo no le importo, y lo
entiendo, ¿quién quiere escuchar lo que uno es? Prefiere seguir hablando con su
marido o hija… no la culpo, ojala yo pudiera hacer lo mismo.
Su barba es casi como
la mía, nada más que los baños de la estación no tienen espejos… por seguridad
vio’… estos días están jodidos… pero no es por nosotros… Ya no hace falta decir
de quién es la culpa, ¿no?
Espero que no haya sido
una molestia (aunque seguramente no la dejé escuchar cómo su novio le decía “te
amo” por teléfono). Parece un griterío o puro teatro, yo no lo quise de esta
manera… usted me mira como por obligación de su cabeza, y no me gusta. Mire
para otro lado si quiere… cuando salga de este tren me va a ver en casi
cualquier esquina o estación. Probablemente esté haciendo lo mismo, o este
laburando, o estudiando…
Pero más allá de la
moneda, quería su atención…quiero que entienda que yo soy usted. Le agradezco
por haberme dejado relatar SU historia.
Que tenga un buen día.
Andrea Minimal
Artistas en HLI
Ha transformar
A las 11, “wing izquierdo”.
A los pocos meses,
cartonero.
Andrea Minimal
Una realidad difícil de (querer) leer
Yquee l fr í o,Y
d espués
el calor. Q ue la hume dady el vi ento f u er t e.E s mic otid iano. Queelbar
ro, l
o que se inund a, las zan jas, laluz, elga s (garra fao fu ego ene l c omed
or), elag ua, mite cho, la l lu vi a, los ap a go n es,
los chis paz o s,lo sp unteros, el hambre, elóxido de mi techo,la b a sur a, el
o lor, l as pie dr as cua n do a
ndo desc a lzo, la
go t er a .Esm ico tidia n o.
Andrea Minimal
I
Uno
dos tres agujazos del reloj. La alarma. Los mismos 56 agujeros en la chapa. El
piso frio. Un pie, el otro pie, los dos pies. Brazo derecho, brazo izquierdo
ambos en el aire intentando arañar el techo. Un largo bostezo que nace desde mi
estomago y pasea por todo mi cuerpo. Mis
ojos siempre con lagañas. Mi mano que las corre, el agua que las borra. La
bocina del tren, ya son más de las cinco. El sonido derivado de la muerte de
aquella gota de lluvia que segundos antes de ser cadáver, tenía tres veces el
tamaño con el que partió. A riesgo de quedar sola, sus vecinas la acompañan. Un
Plaf tres segundos otro plaf tres
segundos otro plaf. El balde conteniendo
sus restos. El pantalón, las herramientas, un beso en el hombro de Agustina que
ahora se estira resoplando sobre mi lado de la cama. Una zapatilla gastada, otra zapatilla gastada
que esconde una piedra debajo de la plantilla. La puerta. El sonido del tren
que pasa a ser un simple latido. Siempre el mismo esquive antes de llegar a la
esquina. Las bolsas que el camión no se llevo, el coche estacionado en la
vereda, el sorete del perro. La parada vacia. El bondi que salpica. El uno diez
de siempre. Una persona que pide a timbres bajar en la esquina siguiente. Unos
cuantos semáforos más tarde, y la puerta me escupe a las escaleras de la
estación. La actuación de una corrida
(tengo monedas para volver) y acto seguido tengo un pie en el estribo. Las diez cuadras a la fábrica, la bici de
Fernando en el poste de siempre, el grito y el brazo de Jorge, bien alto en el
cielo. Que no puedo hacer horas extras, que cumpleaños la gorda, que no me
olvide del regalo, que prometo que la semana que viene. Un mate, el botón amarillo para comenzar. Dos visitas al baño, que hoy puedo un
sanguche de milanesa, sin tomate por favor. Una hora que se hacen dos que se
hacen seis que se hacen ocho. El poste de siempre ahora queda vacio. Un kiosco
no me regala la muñeca para Martina. Diez cuadras en quince minutos. Un cuerpo
mas en un vagón apestado mientras las nubes comienzan a crispar otra vez. El grito de un gordo y
transpirado inspector pidiendo el boleto hacia Lanus que nunca saque. Una
siesta interrumpida, los pies sobre el
anden. Una parada atestada, un colectivo que transpira cansancio. Un timbre que
habla por mi, y un pie, dos pies en el barro. Le gustara la muñeca? A los ocho
siguen jugando con eso? Seguro esta la vieja en casa, menos mal que paro la
lluvia. Una luz que se desprende de una ventana, la misma puerta de madera.
Hola compañeros, perdón por la demora, como es el temario? Luchando frente a la
rutina de siempre, con los goterones de siempre.
Olivia Duatra
Artista en HLI
II
Risas humo negro risas
gritos un eructo camuflado entre palabras más risas su mirada mi mirada. Un
instante. Centímetros que se hacen metros que se hacen eternos. Gritos humo
blanco ardor más ardor un estallido de lágrimas.
Un pájaro despega, otro lo sigue. Mis ojos se cierran, fuertes hasta ver los
corpúsculos luminosos que siempre me entretuvieron de chico. Mi cabeza
chorreando de agua que es sangre que es agua que se hace sangre. Un tirón de
brazo, un grito clavado en medio de la frente. El relampagueo de mis zapatillas. El estruendo de sus
botas. Hijos de puta bailando a merced
del pueblo. Silencio. Pulsión.
Olivia Duatra